La orden de mérito le puso los guantes titulares de Atlético por unos días. Esos que usa en el equipo de la Liga pero desde hace mucho. Carlos Acevedo todavía tiene acné en su rostro aunque nadie puede negar su madurez para hacerle frente al arco "decano" que dejaron acéfalo Lucas Ischuk y Esteban Dei Rossi hasta que llegó Ezequiel Cacace y para cuidar el de los "decanitos" que enfrentarán el sábado a San Martín en el estadio de Sportivo Guzmán.
"Esta experiencia en Primera me ayuda mucho, es única. Los más grandes te aconsejan bastante para que vayas aprendiendo", asegura el joven. "Además, practicar con delanteros como el 'Pulga' (Luis Rodríguez), Enzo (Maidana) o (Cristian) Palacios es muy bueno para mí. Se dan vuelta y te cambian un partido", agregó sobre lo que es la más exigente preparación para el duelo con San Martín.
"Es un partido muy importante para nosotros: sabemos que es un clásico y si ganamos llegamos a la cima. All Boys nos sacó un punto y tenemos que ganar para estar ahí nomás", analizó Acevedo quién junto a Maximiliano Flores (y ahora Cacace) integran la actual terna de arqueros del plantel. Es de imaginar que si no llega otro arquero hasta el 29 (primer clásico) esperará en el banco su chance pero si se le presenta lo agarrará desprevenido. "Me muero si me toca entrar. Sería hermoso", afirmó.
Acevedo, quien además de cuidar los tres palos de ambos equipos hasta ahora, se desempeña como entrenador de arqueros de las categorías 2000 en adelante como para despuntar su vicio. Pero sus actividades extra curriculares no terminan ahí: el arquerito trabajó como albañil junto a su padre durante mucho tiempo y aunque ahora lo dejó por todas sus obligaciones, guarda un buen recuerdo.
"Con mi papá éramos capacheros y aprendí muchas cosas. Él me llevaba a su trabajo y yo aprendía todo el oficio. Ahora por la pensión y los entrenamientos ya no voy pero él igual está contento", dijo Carlos, sobre Carlos, su papá y tocayo.